Sabemos que en muchos casos la oxidación es producida por la transpiración de las manos al tocar o por dejar el instrumento en un ambiente húmedo.
Un viejo amigo luthier, una vez, me enseñó algunos secretos que voy a compartir con ustedes ahora. Él me aconsejó limpiar periódicamente las cuerdas con lustramuebles (Blem). ¡Sí! ¡Aunque no lo crean! Lo ideal es frotar cada cuerda con una franela en toda su extensión, esto genera una película protectora. Es cierto que grandes empresas de instrumentos han desarrollado productos especiales, que no son más que un aceite muy liviano con el cual se obtiene el mismo resultado.
La otra posibilidad es dejar las cuerdas en agua hirviente por unos minutos. Este proceso remueve todo tipo de suciedad, pero es fundamental ser muy cuidadosos al secarlas ya que dejarlas mojadas seria fatal. Es ideal para el encordado de bajo por su grosor, y no tan aconsejable para el de guitarra ya que las cuerdas son mucho más finas y tienden a cortarse con más facilidad a la altura de la clavija, donde se marcan.
Espero los ayude a solucionar los inconvenientes que trae la oxidación de las cuerdas de instrumentos eléctricos. Y que contribuya a hacerlas más duraderas.
Un abrazo, Germán Faviere.
